Está confirmado: Fabián Martín no asumirá su banca como diputado nacional, a pesar de haber sido electo con más del 31 % de los votos. En cambio, se mantendrá como vicegobernador, consolidando su poder local; una jugada que muchos califican como una estafa a sus votantes.
Durante la campaña, Martín prometió que su candidatura no era testimonial: aseguró que viajaría a Buenos Aires para defender los intereses de San Juan. Pero al confirmarse su decisión, su discurso mutó: “Voy a estar donde el gobernador me lo pida”, declaró públicamente.
Su entorno ya lo admitía hace tiempo: Martín nunca quiso abandonar su “territorialidad” local, y asumir una banca nacional implicaría perder influencia en la provincia. Esta estrategia le permite seguir siendo una pieza clave del oficialismo en San Juan, sin trasladarse al Congreso.
Y quien se beneficiará directamente de esta renuncia es Carlos Jaime, suplente en la lista de Producción y Trabajo: según dirigentes, Jaime podría asumir la banca nacional en reemplazo de Martín.
Para quienes lo votaron con la expectativa de tener un representante sanjuanino en el Congreso, la jugada deja un sabor amargo: su voto no será representado en la Cámara baja por quien prometió hacerlo, sino por otro dirigente local.
Lo que se vendió como promesa de gestión nacional terminó siendo un movimiento calculado para reforzar el poder provincial. Y los sanjuaninos que creyeron en la palabra de Martín se sienten, con razón, defraudados.